Ficción y realidad –
El velo se alza
En 1977, con ocasión del Congreso Eucarístico celebrado en Pescara, el fraile capuchino Domenico da Cese, cuyo proceso de beatificación se está procurando comenzar, organizó una exposición con fotos del sudario. El periodista italiano Renzo Allegri escribió un artículo sobre dicha exposición. En 1979, este artículo cayó en manos de la monja trapista Blandina Paschalis Schlömer, quien reconoció la coincidencia entre los rasgos faciales que aparecen en el Sudario y en la Sábana Santa de Turín. Partiendo de puntos de orientación, la trapista alemana, que además es farmacéutica y pintora de iconos, desarrolló una técnica de superposición (sopraposition) con la que demostró que en los dos lienzos se representa a la misma persona. Desde 2003, sor Blandina vive como eremita en Manoppello.
Sor Blandina consiguió despertar el interés de Heinrich Pfeiffer S.J., catedrático de Historia del arte cristiano en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma. Este llegó a la conclusión de que el Sudario de Manoppello es la «Verónica» perdida del Vaticano.
«El auténtico rostro de Cristo»: así se tituló el artículo, aparecido el 23 de septiembre de 2004 en el diario DIE WELT, en el que el periodista Paul Badde publicaba por primera vez los resultados de sus amplios estudios.
El 1 de septiembre de 2006, el Papa Benedicto XVI acudió a Manoppello para visitar el Sudario de Cristo.
Papa Benedicto XVI durante la habitual Audiencia de los miércoles.
Ciudad del Vaticano, 16 de enero de 2013 (Zenit.org).
- Superposición del Sudario y de la Sábana Santa de Turín
- El 1 de septiembre de 2006, el Papa Benedicto XVI acudió a Manoppello para visitar el Sudario de Cristo.